Tormenta

Una historia corta.

Gracias por ser mi inspiración.


Tormenta

Me encuentro inundado. Inundado en sentimiento. Soy víctima del desastre. Desastre causado por la incesante tormenta que hay en mí. Se nubla el pensamiento, llueve el dolor, fluye a través de mis mejillas. Y es por la tormenta. La tormenta que yo mismo he provocado. Más tú no tienes la culpa. Excepto de ser la tormenta misma. Pero eres el sol, pues a pesar del estruendo y la catástrofe, iluminas hasta el más recóndito lugar del paraíso perdido en mi mente. Pero el paraíso eres tú. Y he comido de la manzana. Lo he perdido para siempre, dice mi razón. Pero la razón no tiene cabida en este pobre ser, conducido por la pasión, la pasión por la intensa tormenta, la pasión por el torbellino de tu negro pelo, la pasión por el intenso oleaje de tus ojos. Fruto de la marea de la tenue luna. Sin embargo interfiere el eclipse, la oscuridad, las tinieblas de mi inseguridad. Soy un terremoto. Tiemblo al escuchar tu voz, al escuchar de ti, al no saber de ti. Mi mente se fisura y estoy atrapado en las grietas. Tu eres el cielo, inalcanzable y hermoso. Más no inalcanzable para mí. No para mi pensamiento. El campo esta en llamas, punzantes espinas de carmín y escarlata. Muros intangibles que me alejan de ti. Pero es irrelevante el ardor. El punzar de la espina. Me reconforta tu ser, que extingue la sed y el calor. Eres impredecible. Eres la Naturaleza. Eres la tormenta. Eres el fuego.

Lo eres todo.



Lupo...

1 comentarios, Haz el tuyo:

Letizaida Martínez dijo...

Gracias por la visita y por tu comentario.

Saludos desde Caracas!