Laberinto

Ésta es la obra que estaba escribiendo, esta vez completa. Está sujeta a cambios, y es una versión casi final. Ésta obra esta publicada bajo una licencia Atribución sin obras derivadas de Creative Commmons.


Ojalá y sea de su agrado. En esta obra he desahogado mis sentimientos, y he puesto toda mi creatividad y mi esfuerzo. Para mí es algo de lo que me siento orgulloso, y de no haber sido por lo que he pasado ultimamente, esta obra no hubiera nacido. Ésto lo escribí con el corazón, y ojalá se sientan identificados con la historia.


Un servidor;

Guillermo David Leal Rodríguez...







- I -

El ambiente es desolador, profundo blanco de esta cámara eterna, sin final, en donde yace tu cuerpo inerte, un alma sumida en el artificio, fuera de este mundo, pero al mismo tiempo, tan dentro de él. Tu cuerpo echa raíces en esta tierra infértil, raíces sintéticas y artificiales, que sostienen de ti, te mantienen al borde de este abismo. Tus raíces se alimentan de droga, sutiles bombas que explotan en ti, más aún así, te mantienes quieto, en ese limbo infinito.

¿Cuándo despertarás? Se pregunta incesantemente mi corazón. La esperanza es nula, inexistente.

El repetitivo patrón de este lugar me enferma, que ironía. Hombres de largas vestimentas van y vienen, como hojas a merced del viento. Espero un susurro, una explicación, pero solo resuenan en mis oídos lamentos. Escapo al exterior, buscando paz de mente y cuerpo. Me dejo llevar por la ligereza del humo, humo que se funde con el ejército de nubes que se avecina. Exhalo, muero un poco más. Pienso; cada respiro me lleva uno mas cerca al último. Uno más cerca a la muerte. Uno más lejos de ti.

Regreso a la inmensidad vacía, a la monotonía impresa en la partitura de este lugar, careciente de vida, pero al mismo tiempo, tan lleno de ella. Almas se esclavizan, y otras son puestas en libertad, libertad efímera e inexistente. Las restantes, simplemente cumplen su condena. Sigo las vías, la ruta establecida, automática, involuntaria. La estación esta abandonada. Y me introduzco en ella, las ruinas en decadencia son tu hogar. Por la ventana se aprecia el tumulto, la guerra. La bella luz de la dama se extingue, es abrazada por el cariño de las nubes. Se acerca la tormenta.

La punzante luz de Zeus ilumina tu pálida cara, careciente de vida. Más tu corazón late inexplicablemente. Los soldados del cielo disparan sus fusiles, una ráfaga infinita de vida. Tu semblante cambia, como si las balas hubieran atravesado tu cuerpo. Aún vives, lo se. Más desconozco el motivo.

- II -

Me encuentro inundado. Inundado en sentimiento. Soy víctima del desastre. Desastre causado por la incesante tormenta que hay en mí. Se nubla el pensamiento, llueve el dolor, fluye a través de mis mejillas. Y es por la tormenta. La tormenta que yo mismo he provocado. Más tú no tienes la culpa. Excepto de ser la tormenta misma. Pero eres el sol, pues a pesar del estruendo y la catástrofe, iluminas hasta el más recóndito lugar del paraíso perdido en mi mente. Pero el paraíso eres tú. Y he comido de la manzana. Lo he perdido para siempre, dice mi razón. Pero la razón no tiene cabida en este pobre ser, conducido por la pasión, la pasión por la intensa tormenta, la pasión por el torbellino de tu negro pelo, la pasión por el intenso oleaje de tus ojos. Fruto de la tenue luna, la marea. Sin embargo interfiere el eclipse, la oscuridad, las tinieblas de mi inseguridad. Soy un terremoto. Tiemblo al escuchar tu voz, al escuchar de ti, al no saber de ti. Mi mente se fisura y estoy atrapado en las grietas. Tu eres el cielo, inalcanzable y hermoso. Más no inalcanzable para mí. No para mi pensamiento. El campo esta en llamas, punzantes espinas de carmín y escarlata. Muros intangibles que me alejan de ti. Pero es irrelevante el ardor. El punzar de la espina. Me reconforta tu ser, que extingue la sed y el calor. Eres impredecible. Eres la Naturaleza. Eres la tormenta. Eres el fuego.

Lo eres todo.

- III -

La claustrofobia de esta prisión me agobia. Necesito la llave que me libere de este martirio, de esta cadena perpetua que sufro por ti. Me siento tan vacía, el hambre de vida escapa de mí, la incurable anorexia. Resuena en mi mente aquel instante, interminable, cuando, a la deriva, perdidos en el éxtasis, coordinábamos el movimiento, volábamos a través del cielo. Pero te olvidé.

El interminable ciclo continúa, la bailarina danza, y da una vuelta. Empieza la siguiente, el ballet no acaba, y trae consigo una nueva luz, una nueva esperanza.

Paseo por el parque, oscuro, un film noir, dirigido por el más cruel de los cinematógrafos, y dudo de su existencia. ¿En realidad eres cruel? La ignorante plebe se deja llevar por tu cruel dictadura, dictadura egoísta. Pero la anarquía vive en mí. ¿Por qué lo arrancas de mi piel?

Me adentro a través de las grietas del bosque, y pienso en ti. La punzante estela solar inyecta su calor a través del follaje, como una aguja penetrando tu frágil cuerpo, y lo siento. Poco a poco la incisión sana, y el paisaje se torna oscuro. El camino es largo y extenuante. Siento tu presencia en el superfluo viento, es extraño, excéntrico, imposible.

- IV -

Las hojas caen. Navegan en el turbulento aire, sin rumbo, sin capitán. Cruje el casco de la nave bajo mis pies. Los náufragos de la embarcación se esparcen, vuelven a volar. Camino, respiro, vivo. Vivo porque late mi corazón. Pero el latido ha cesado en mi mente. Estoy perdido, y no deseo ser encontrado. El bosque es espeso, y quiero llegar al límite. Pero lo haré solo. El sol derrite los árboles encorvados por la vejez, no llevan bastón, pero se sostienen, su naturaleza les mantiene firmes. Mis raíces son débiles sin el riego de tus lágrimas. ¿O acaso son mías las que brotan? Estoy perdido, me buscan, pero no quiero ser encontrado. Tengo que encontrar el camino hacia ti. No hay orquesta que acompañe mi travesía. Los músicos se han ido. Sus nidos putrefactos yacen sin vida, y me recuerdan mi hogar. Mas en lo espeso y antiguo de su construcción, una pieza de vida se asoma, me extiendo hacia ella, pero es inalcanzable. Es ahuyentada por la violencia del viento. Luz, oscuridad. Luz, oscuridad. Las cortinas caen sobre las ventanas. Estoy en el vacío, y pienso. Amanece. Sigo caminando, conozco el lugar, mas los caminos son infinitos, imposibles. No poseo el mapa, y es absurdo trazar una ruta hacia ti. Sería arriesgado. Pero tomaré el riesgo, es mi meta. No me importa no llegar, pero llegaré. Si muero al menos será por ti, pero no moriré. Es tan oscuro, es interminable, mas llegaré al fin. Me ahogo en el profundo mar de árboles. Me es imposible respirar, pero inhalo el humo. Intoxicado de ti, necesito exhalarte, pero algo se queda aquí conmigo, inseparable. La nicotina que posees, imposible de evadir. Encuentro un camino, avanzo, movido por el involuntario deseo, el inexplicable paseo en el que me encuentro. Una silueta, cubierta por polvo húmedo inerte. El camino es nublado. Estoy ciego, no te veo. La soledad es insoportable, mas es mi deber soportarla. Veo de nuevo, la bombilla se funde, se esconde, y temo a la oscuridad, interminable, a la incertidumbre del camino. Quiero salir, quiero escapar, volver a vivir. Esto es un campo negro, una pradera de árboles en decadencia sutil, como la sutileza de tu imagen, quieta, más en todo su esplendor, y deja a un lado las tinieblas. El brillo emana cegador e inevitable, se ha ido ya de mis ojos. Tropiezo, no llegaré ileso. El magma hace erupción de mi mejilla, se tiñe de dolor, dolor indeleble, permanente. Cicatrices abiertas, parecen no sanar. Una esencia brota del laberinto del bosque, flota navega, se extingue. Sigo su rastro hacia el exterior, mas hay una bestia esperando. Como Teseo al escapar, uso la esencia como mi guía. Pero he de enfrentar el monstruo, e Ícaro no volara hoy, no evadirá el peligro. Debo vencer a la criatura, el miedo, vencer al bosque, a la niebla, la oscuridad, la nicotina. Vencerlos para llegar. Para llegar hacia ti.

-V -

Me dejo conducir por la corriente, la corriente del río de lágrimas que brotan de ti. Tu alma está inmersa en dolor, lo sé, lo siento. Este oscuro paraje me absorbe, me atrae, más trato de ignorar el motivo, aunque se perfectamente cual es. Llueve en mi mente, azota la incertidumbre, inunda mi corazón. Es inexplicable el poder de esta explosión, se funden los sentimientos en su extremo calor. Me introduzco en el infinito del bosque, siguiendo una pista, pero, ¿a qué me conducirá? Me dirijo hacia lo desconocido, a lo imposible. La grava bajo mis pies se dispersa, aloja el rumbo de mi ser.

Siento la fragancia, el trazo de tu presencia, pero es algo imposible, fruto de mi imaginación tal vez. Me llena el deseo, un presentimiento que desearía fuese verdad. Y tal vez lo sea. Pero desconfío, el miedo me encarcela, me tiene colgando de esta cuerda interminable, con el precipicio a mis pies. Te sigo, o al menos es lo que quiero creer. Te sigo hasta el infinito, más a cada paso, te alejas más de mi. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué la vida es tan cruel? Mi memoria se desborda de recuerdos que parecían muertos, más les has dado un aire de vida, la cual se escapa de ti. ¿Qué hago en esta travesía?

El camino llega a su final, concluye. El malvado cobijo de los árboles me llena de temor, pero hay una luz, una luz que disipa todo temor, y esa luz eres tú. La contemplo, clímax espontáneo, que desearía fuera interminable, pero repentinamente, se extingue.

-VI-

He perecido, parece ser. La luz escapa de mí, y el interminable deseo de ti es insuficiente para hacer latir a mi corazón, para devolverme la vida. Me adentro en la oscuridad, el eterno olvido, y me lamento, me lamento de haberte perdido, de no haber estado junto a ti, el monstruo me ha vencido. Ven, por favor, dame un último momento…

-VII-

La tristeza me absorbe, me desploma en lágrimas, más aún así, intento escapar de este laberinto, encontrar la salida. Veo trazos de ti dispersos por el incesante calabozo. Se desvanece tu presencia en este mundo mortal, pero estaré ahí, un último instante.

Llego al recinto, y yaces ahí en esa fría soledad. Te rodean extraños, discípulos de Hipócrates. Los aparto de ti, y te veo. Te desvaneces, desapareces…

En mi hora más funesta, abro los ojos, un segundo, es eterno. Te contemplo, te admiro, te veo por última vez, quemo tu imagen en mi retina. Si existe el paraíso, sé que eres tú, y mi memoria vivirá en él. Una fuerza me llena, y me da un último aliento. De mi boca fluyen las dos palabras más hermosas, sólo para ti, Te Amo.

Y yo a ti.



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Saludos
Lupo.


Memories of you are burnt in my skin, I can't make them fade away....

yet.

¡Que dura es la vida del campo!

Me encontraba platicando con Andres JQ por messenger, y sale el tema del retiro a lo que muestro rechazo inmediato, y de ahí sale la siguiente conversación:

Andres J dice:
pero ni pedo

Andres J dice:
asi es la vida dura del campo

lupo. dice:
si ta canija la cosecha

Andres J dice:
con el clima, ya ni sabe uno que esperar

lupo. dice:
de buenas que el patrón se consiguió disque una fumigación de veinticorrele de capas. ójala y le funcione al señorito, porque que haiga algo tan bueno se me hace canijo

Andres J dice:
nambe la verdad si, si consigo informacion me dijo, igual me dijo el patron, que le dira al al (individuo) para el riego, haber si ese wey le sabe

lupo. dice:
a mi me llego el chisme que era brujo el señorito, a ver póngase a ver usté, como cree que el chamaco a su edad tenga tanta sabiduría 'pa hacer el riego? eso nosotros se lo dejábanos a don (padre del individuo), porque el chilpayate ese me da mala espina


Nótese el uso de vocabulario pobre y del nivel vulgar de la lengua para recrear un ambiente campesino.

Para que luego no digan que no aprendemos en Taller Literario o Redacción Avanzada.



Carpe Diem,
Lupo

EL SEÑOR TACUACHE!!! (sic)



jajaja y yo pensaba que Berries and Cream era lo máximo...
Resulta que hoy en el colegio le enseñe dicho video a Braulio, y él me enseño el del inmortal...

SEÑOR TACUACHE!!!

jaja es increíble la bola de babosadas que dice el wey que manipula al pobre tlacuache, por ejemplo:

"brinca el ojete!"

"brinca pa' delante y luego empieza a rappear"

"se echa una mortal para atrás"

Jaja este video me hizo el día.

saludos

Lupo

Berries and Cream!



Resulta que hoy en mi rutinario "lurking" en la internet, descubro este curioso comercial de los dulces Starburst, con un actor algo excéntrico y un peinado ridículo, que literalmente me dejó rodando en el piso de risa (ROFL) Disfrútenlo, está muy bueno.

Por cierto, pongan pausa al segundo 15 para disfrutarlo aún más.